EN EL NUEVO MUNDO
De repente me levanto y siento que algo no está
bien. Veo la ventana con nubarrones y negros edificios, giro hacia el reloj y
veo que aún no completo el promedio
de horas del mes y además
quedé en verme con Jorge para predicar en la parada del
bus en 10 minutos.
Me levanto de un salto de la cama y corro a bañarme. Aún
semidormido, hago una oración a Jehová para agradecerle por la vida y pedirle su bendición para
el día de hoy. Me vienen a la
mente los recuerdos y los
momentos que he pasado con mi amigo Jorge, desde que entramos juntos a la Organización; nos dio estudio el mismo hermano, nos bautizamos y emprendimos el precursorado regular los dos al mismo tiempo.
Salgo de prisa de mi
departamento corriendo a la
parada, cruzo dos calles y en la esquina alcanzo a ver a Jorge, quien al parecer está marchándose de la parada, pues creyó que ya no
llegaría. “¡¡¡Jorge!!!” Le llamo y cruzo la calle sin ver. Mi amigo se gira y me grita desesperado:
“¡CUIDADO PABLO!”
Me giro y veo una sombra que me da un tremendo golpe y me lanza por los aires, sintiendo por último un fuerte impacto con el pavimento.
A lo lejos oigo una voz
grave pero amable que me
dice: ¡¡ PABLO, LEVÁNTATE!!
Abro los ojos y la luz del día me molesta, recuerdo lo que pasó hace unos momentos, creo que fui atropellado. Quizá estoy en la clínica, pero al acostumbrarse mis ojos al brillo de la luz, veo que
esto no puede ser una clínica. Me encuentro sentado en una
pradera con pinos y palmeras
vegetación en abundancia y a lo lejos unas casas.
La ropa que traigo, no es la
misma con la que me cambié
aquel día, ésta es de bonitos
colores y parece de calidad. A la distancia alcanzo a percibir lo que quizás son niños jugando con algunos animales. De repente me
quedo atónito: ¿Será? ¿Puede
ser realmente este, El NUEVO
MUNDO Prometido? ¿El Paraíso? Me
levanto sintiéndome algo
confundido y camino hacia las casas que se ven, y al tocar la primera puerta, para mi sorpresa sale una mujer joven de muy bonita apariencia. Me parece
familiar, sus rasgos tienen algo. Me doy cuenta de quién es cuando dice: “PABLO”. Y me da un abrazo…. ¡¡¡Es mi abuela!!!. Vaya sorpresa, aún sin creer que sea ella, le pregunto entre lágrimas y
mi voz entrecortada por mi
familia. “Están en la cabaña de aquella montaña, ¿la ves?” Sin decir nada empiezo a correr con todas mis ganas hacia allá. Llego desesperado y toco ansioso a la puerta, sale mi hermano mayor,
quien de la sorpresa solo atina a darme un abrazo fuerte, sin decir nada, pues sus lágrimas lo dicen todo, sale mi familia a recibirme, todos muy extasiados, algunos de los cuales solo conocí en fotografías.
Después de conversar con mi
hermano y haber llorado
bastante, le pregunto si es
posible que fuéramos a visitar a Jorge mañana. Mi hermano hace una pausa, suspira y me dice:
“Creo que no va a ser posible,
Jorge no logró pasar al Paraíso”.
Me quedo impresionado mientras reprimo mis lágrimas. Mi hermano sigue: “6 meses después
de tu muerte, empezó a tener
problemas en la Congregación,
perdió sus privilegios debido a una muchacha que no estaba en la verdad. Se molestó por el
consejo y se marchó con
ella. Nunca volvió...lo peor es que solo faltaba 1 año para que Jehová le premiara con la Vida Eterna. Sí, faltaba 1 año
para ARMAGEDON. Él fue
barrido junto con toda la gente inicua”. Salí impactado de la habitación, al salir de la cabaña, me fui a sentar a lo lejos en una montaña junto a una manada de leones y ví las estrellas y el paisaje del anochecer, y pensé: “1 año”. Aún consternado por la
noticia, le oré a Jehová para
agradecerle por haberme escrito en el Libro de la Vida, y acordarse de mi en el
Paraíso. "¡¡¡GRACIAS JEHOVÁ!!!,
¡¡¡GRACIAS!!!”
¿Te has imaginado alguna vez en el Paraíso en la Tierra? Seguro que sí, pues como cristianos esa es
una de las esperanzas que
abrigamos, y es bueno
hacerlo. Pero aún más importante, es la relación que debemos tener para con Jehová, pues ésta nos
permitirá no solo sobrevivir a la Gran Tribulación, sino que nos permitirá seguir alabando a Jah no solo durante mil años, sino por LA ETERNIDAD
de horas del mes y además
quedé en verme con Jorge para predicar en la parada del
bus en 10 minutos.
Me levanto de un salto de la cama y corro a bañarme. Aún
semidormido, hago una oración a Jehová para agradecerle por la vida y pedirle su bendición para
el día de hoy. Me vienen a la
mente los recuerdos y los
momentos que he pasado con mi amigo Jorge, desde que entramos juntos a la Organización; nos dio estudio el mismo hermano, nos bautizamos y emprendimos el precursorado regular los dos al mismo tiempo.
Salgo de prisa de mi
departamento corriendo a la
parada, cruzo dos calles y en la esquina alcanzo a ver a Jorge, quien al parecer está marchándose de la parada, pues creyó que ya no
llegaría. “¡¡¡Jorge!!!” Le llamo y cruzo la calle sin ver. Mi amigo se gira y me grita desesperado:
“¡CUIDADO PABLO!”
Me giro y veo una sombra que me da un tremendo golpe y me lanza por los aires, sintiendo por último un fuerte impacto con el pavimento.
A lo lejos oigo una voz
grave pero amable que me
dice: ¡¡ PABLO, LEVÁNTATE!!
Abro los ojos y la luz del día me molesta, recuerdo lo que pasó hace unos momentos, creo que fui atropellado. Quizá estoy en la clínica, pero al acostumbrarse mis ojos al brillo de la luz, veo que
esto no puede ser una clínica. Me encuentro sentado en una
pradera con pinos y palmeras
vegetación en abundancia y a lo lejos unas casas.
La ropa que traigo, no es la
misma con la que me cambié
aquel día, ésta es de bonitos
colores y parece de calidad. A la distancia alcanzo a percibir lo que quizás son niños jugando con algunos animales. De repente me
quedo atónito: ¿Será? ¿Puede
ser realmente este, El NUEVO
MUNDO Prometido? ¿El Paraíso? Me
levanto sintiéndome algo
confundido y camino hacia las casas que se ven, y al tocar la primera puerta, para mi sorpresa sale una mujer joven de muy bonita apariencia. Me parece
familiar, sus rasgos tienen algo. Me doy cuenta de quién es cuando dice: “PABLO”. Y me da un abrazo…. ¡¡¡Es mi abuela!!!. Vaya sorpresa, aún sin creer que sea ella, le pregunto entre lágrimas y
mi voz entrecortada por mi
familia. “Están en la cabaña de aquella montaña, ¿la ves?” Sin decir nada empiezo a correr con todas mis ganas hacia allá. Llego desesperado y toco ansioso a la puerta, sale mi hermano mayor,
quien de la sorpresa solo atina a darme un abrazo fuerte, sin decir nada, pues sus lágrimas lo dicen todo, sale mi familia a recibirme, todos muy extasiados, algunos de los cuales solo conocí en fotografías.
Después de conversar con mi
hermano y haber llorado
bastante, le pregunto si es
posible que fuéramos a visitar a Jorge mañana. Mi hermano hace una pausa, suspira y me dice:
“Creo que no va a ser posible,
Jorge no logró pasar al Paraíso”.
Me quedo impresionado mientras reprimo mis lágrimas. Mi hermano sigue: “6 meses después
de tu muerte, empezó a tener
problemas en la Congregación,
perdió sus privilegios debido a una muchacha que no estaba en la verdad. Se molestó por el
consejo y se marchó con
ella. Nunca volvió...lo peor es que solo faltaba 1 año para que Jehová le premiara con la Vida Eterna. Sí, faltaba 1 año
para ARMAGEDON. Él fue
barrido junto con toda la gente inicua”. Salí impactado de la habitación, al salir de la cabaña, me fui a sentar a lo lejos en una montaña junto a una manada de leones y ví las estrellas y el paisaje del anochecer, y pensé: “1 año”. Aún consternado por la
noticia, le oré a Jehová para
agradecerle por haberme escrito en el Libro de la Vida, y acordarse de mi en el
Paraíso. "¡¡¡GRACIAS JEHOVÁ!!!,
¡¡¡GRACIAS!!!”
¿Te has imaginado alguna vez en el Paraíso en la Tierra? Seguro que sí, pues como cristianos esa es
una de las esperanzas que
abrigamos, y es bueno
hacerlo. Pero aún más importante, es la relación que debemos tener para con Jehová, pues ésta nos
permitirá no solo sobrevivir a la Gran Tribulación, sino que nos permitirá seguir alabando a Jah no solo durante mil años, sino por LA ETERNIDAD
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